Mala suerte

Caminando por la selva se topa con un león que está dormido.

Poniéndose de rodillas ante él, murmura:

- Por favor, no me comas.

La bestia sigue roncando. Esta vez grita:

- ¡Por favor, no me comaaas!

El animal no se da por enterado. Temblando, abre las mandíbulas y acerca su cara a los colmillos para volver a gritar el ruego. Inútil. La fiera no despierta.

Histérico, comienza a darle patadas en el trasero:

- ¡No me comas! ¡No me comas! ¡No me comas!

El león despierta, salta sobre él y, furioso, comienza a devorarlo. El hombre se queja:

- ¡Qué mala suerte tengo!

Alejandro Jodorowsky

que mala suerte